RESEÑA HISTÓRICA
EN VÍSPERAS DE LOS 40 AÑOS DE LA IPNJ
El año 1985 marca el inicio de la primera época, cuando el primer misionero enviado por la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, el hermano Carlos Urrego, llegó a nuestro país el 24 de abril de 1985 junto a su esposa, la hermana Cecilia, y sus tres hijos. Durante los primeros cuatro meses, establecieron contactos con algunos hermanos colombianos que habían emigrado, viviendo en las ciudades de Rosario y Córdoba.


Finalmente, el misionero pudo inaugurar la primera iglesia en un salón de alquiler ubicado en la localidad de Haedo, provincia de Buenos Aires. El local era lo suficientemente grande como para que se construyeran las primeras bancas de madera, y así se iniciaron las reuniones de culto el 23 de agosto de 1985. Esta fecha se considera la fundacional de la IPNJ, según consta en los registros de actas.
Etapa de establecimiento
1985-1994
En el año siguiente, en 1986, se unieron dos congregaciones a la naciente iglesia. Una se encontraba en Capital Federal, en el barrio de Villa Soldati, y la otra estaba ubicada a 700 kilómetros al sur de Buenos Aires, en la ciudad de Bahía Blanca. Se recibió a los dos pastores como parte del cuerpo ministerial. Para 1987, otro misionero, el hermano Celestino Forero, y su esposa, la hermana Luz Marina, se unieron para fortalecer el trabajo. En ese año, ya se contaban con cuatro pastores y cinco congregaciones: San Martín, Merlo, Villa Soldati, Bahía Blanca y el anexo en Viedma.
En medio de un creciente espíritu fraternal, se llevó a cabo la primera Convención Nacional IPNJ en Villa Soldati en abril de 1987, con la visita desde Colombia del Presidente de la IPUC, el hermano Octavio Valencia, y del Director de Misiones Extranjeras, el hermano Reinel Galvis. Durante esos años, la iglesia en Argentina recibió la visita de varios miembros del Consistorio IPUC, como el hermano Octavio Valencia, el hermano Reinel Galvis, el hermano Eliseo Duarte y el hermano Álvaro Torres.
Durante este período, se fue dando forma a la estructura administrativa de la iglesia, se obtuvo la personería jurídica, se registró el fichero de culto y se designó la comisión directiva. Además, se establecieron los artículos de fe, el estatuto y el reglamento interno. Se amplió el trabajo con nuevos obreros para la recolección de la mies, lo que llevó a agregar puntos de predicación en las provincias de Santa Fe (en Rosario), Mendoza (en Las Heras) y Buenos Aires (en Aldo Bonzi y Pacheco). Durante esta época, se establecieron los comités nacionales de Damas Dorcas, Jóvenes, Escuela Dominical y Evangelismo y Misiones. También se inició un trabajo de Instituto Bíblico, primero en la iglesia de San Martín y luego en formato itinerante, con el objetivo de formar diáconos y jóvenes servidores de todas las congregaciones.

Primera etapa de expansión
1995-2004
En el año 1995, se produjo otro cambio con la llegada del hermano Alonso Galindo como misionero y el hermano Benjamín Solórzano como pastor misionero. En ese momento, ya había diez congregaciones establecidas, y algunos de los pastores locales tenían su licencia general, lo que les permitía llevar a cabo bautismos, oficiar ceremonias y desempeñar cargos oficiales con mayor facilidad.
Hacia el año 2001, el misionero presente era el hermano Fernando López, y ya contábamos con quince congregaciones: San Martín, Merlo, Villa Soldati, Bahía Blanca, Viedma, Carmen de Patagones, Aldo Bonzi, Laferrere, Mendoza, Bariloche, Santiago del Estero, Zapala, San Salvador de Jujuy, Abra Pampa y La Quiaca. La obra misionera en Argentina alcanzaba los 20 años con grandes expectativas de crecimiento. Aunque los recursos materiales eran escasos, abundaba el entusiasmo y el deseo de servir, lo que motivaba a suplir las limitaciones existentes.
Segunda etapa de expansión
2005-2014
En el año 2005, el hermano David Hernández llegó como misionero, y en 2009 se unió el pastor misionero Jimmy Cardona. Durante este período, se establecieron nuevas congregaciones y se abrieron otras. Surgieron las siguientes: Pinamar, San Rafael de Mendoza, Longchamps, La Plata, así como las ubicadas en Bahía Blanca, Vista Alegre e Ingeniero White.
En este período, un grupo de pastores se desvinculó de la IPNJ. En 2008 se eligió la primera comisión directiva compuesta exclusivamente por miembros argentinos. En 2009, la IPNJ Argentina comenzó a explorar las misiones extranjeras y envió al primer misionero a la República Oriental del Uruguay, el hermano Alejandro Spensieri.
Para 2010, un grupo de 25 pastores y obreros se encargaba de atender las congregaciones. Durante este período, se avanzó en el desarrollo de la estructura administrativa del cuerpo ministerial mediante la implementación del trabajo de supervisores de zona, dividiendo el territorio en tres distritos: zona norte, centro y sur.
Además, la participación de la comisión directiva en la dirección de los procesos se profundizó, y se brindó un gran impulso a la escuela de obreros EFON. En 2013, llegó el misionero Julio Llinás, acompañado de su esposa, la hermana Nelsy, y sus hijos, quienes trabajaron incansablemente en la obra en Argentina.
Etapa de consolidación
2015-2023

Durante estos años, se fortaleció la estabilidad del fondo económico nacional gracias a los esfuerzos de las congregaciones locales. Se perfeccionaron los programas, como los campamentos y las convenciones, y se optimizó el funcionamiento de la estructura administrativa. En medio de la pandemia, en 2021, la IPNJ atravesó un período de gran tristeza por el fallecimiento del misionero Julio Llinás. Durante ese tiempo, el Consejo Misionero de la obra en Argentina recibió apoyo desde Colombia por parte del hermano Fernando López. En 2022, llegó a Argentina el misionero Christian Cera, junto con su esposa Liliana y sus tres hijos, para continuar liderando la obra.
Siguiendo un plan estratégico a dos años, se comenzó a trabajar en una reforma estructural que promovió la consolidación económica de las congregaciones locales ya establecidas. Se buscó mejorar el sostenimiento pastoral, fomentar el trabajo conjunto de los pastores y las diferentes congregaciones en el evangelismo y los programas de confraternidad, impulsar el desarrollo de líderes locales e integrarlos en las actividades nacionales. Se promovió la creación y difusión de contenidos audiovisuales para publicitar las actividades de la iglesia en redes sociales y medios de comunicación. También se trabajó en el establecimiento de salones y viviendas, así como en el fortalecimiento del liderazgo local.

